Cuando se trata de lograr una base impecable, los adictos a la belleza tienden a fijarse en su método favorito para la aplicación de la base. Algunas confían en las esponjas de belleza por su capacidad para dar un brillo luminoso y húmedo (yo), mientras que otras prefieren las brochas de base tradicionales para hacer el trabajo. Cada lado jura que sus herramientas funcionan mejor, lo que hace que los dos parezcan enemigos naturales, pero en realidad, son aún mejores cuando se usan juntos.
Comienza con una brocha para base.
Con una brocha para base como la brocha para base de Lancôme, aplique la base por todas partes. Si está usando un cepillo plano, deslice el producto sobre su rostro, comenzando donde desea la mayor cobertura y luego avanzando hacia afuera. Si optas por una brocha Kabuki más esponjosa o plana como la brocha para base de maquillaje con aerógrafo n.º 101 de IT Cosmetics, aplica el producto con movimientos circulares.
Seguimiento con un Beautyblender.
Una vez que haya aplicado su base, humedezca su Beautyblender (o esponja de belleza) hasta que crezca en tamaño y exprima el exceso de agua. Usando su Beautyblender húmedo, mezcle la base en la piel con golpecitos.
Este método garantiza que la base se difumine a la perfección (¡asegúrate de llevarla hasta el cuello!), al mismo tiempo que te permite aumentar la cobertura. Es una excelente opción para cualquier persona que quiera un aspecto húmedo pero que cubra completamente y es una prueba de que estos dos realmente funcionan mejor juntos.